Aroa
entra en aquella habitación de la mano de Víctor. Su habitación. Cuántos
recuerdos almacenados allí. Y aquella canción que él acaba de poner...
Pasado.
Demasiado tiempo atrás. Ellos solos en aquella habitación.Antes eran tan
amigos. Se contaban todo. Aroa confiaba en él y Víctor en ella. Y, sobre todo,
se reían juntos. Pero la marcha de Aroa y otras cosas más, dificultaron que su
amistad siguiera adelante...
Aquel
día, ambos estaban tirados en la cama, escuchando música a todo volumen.
-Mira,
Aroa. Esta me gusta mucho. Me recuerda a ti. -Y cambia de canción. War.
Ambos
callan. Solo canta Jay Sean. Sólo se escuchan sus frases... ¿Él conoce como yo
aquellas pequeñas cosas? ¿Será él capaz de luchar por ti?, ¿de matar por ti?
Esto es más que un juego en el que somos como soldados en una batalla que él no
va a dejar y yo no pienso abandonar...
Aroa
siente que el corazón le sube a la garganta. ¿Será una indirecta? Lleva menos
de una semana saliendo con Álvaro y él dice que esto le recuerda a ella. ¿Qué
querría decir? ¿Que piensa luchar por ella? ¿Acaso ella quiere que lo haga?
Nunca lo había pensado. Él siempre había sido su Víctor. Su mejor amigo. Al que
le confesaba todo. Con el que nunca había habido una sola mentira...
Víctor
y ella. De solo pensarlo le hace gracia. Nunca podría imaginarlo. Pero...¿Acaso
él siente algo por ella? Eso sí que es imposible. De pronto, la mano de Víctor
se encuentra con la suya por accidente. Aroa se sonroja sin querer y aparta la
mano, nerviosa. La canción acaba. Víctor se levanta y apaga el Ipod. Mira a
Aroa y le dedica una lenta y sensual sonrisa.
-¿Y
bien? ¿Te ha gustado?
Aroa
le mira y suspira profundamente. Está realmente confundida. ¿Qué siente hacia
este chico? ¿Es amistad o algo más que ella no se atreve a admitir?
-Me
ha encantado.-Aroa se pone de pie.- Deja que yo te enseñe una.
Aroa
se acerca al Ipod. Víctor se coloca tras ella. Aroa puede sentir el contacto de
su pecho en su espalda. Su respiración tranquila. Su aliento revolviendo su
pelo. Sus pulsaciones se descontrolan debido a esa sensación enloquecedora. Oye
una risa. Su risa. Y la sangre le bombea violentamente por todo el cuerpo.
-Todavía
me toca a mí.-Suena increíblemente sexy y eso descoloca aún más a Aroa.
-¿Qué
haces aquí, tan cerca?-Consigue balbucear Aroa.
-Deberías
saber que me gusta estar cerca de ti.-Su voz acaricia su piel y Aroa se
estremece. Víctor le quita con suavidad el aparato de las manos y la gira con
extrema dulzura. Aroa está inmóvil. Tiene los sentidos desconectados. Sus
miradas se encuentran y Aroa puede ver el deseo en sus ojos castaños. Víctor
se acerca a ella. Le aparta un mechón con delicadeza y ella arde con el
contacto de su piel. Con una mano la agarra de la cintura y la estrecha más a
él y,con la otra, juguetea con su pelo. Suavemente, roza con su nariz su oreja
y le deja un reguero de besos por su hombro. Después, mordisquea el lóbulo de
su oreja y tira de él con dulzura. Es una sensación devastadora y Aroa siente un
escalofrío. Víctor le dedica una mirada que brilla de deseo y se aproxima cada
vez más a ella. A sus labios. Aroa siente que su corazón late frenéticamente y
lo único que quiere es gritar. No puede besarle. Ella está con Álvaro y no
haría algo así. De repente, la puerta del cuarto se abre. Ambos se separan
rápidamente. Es la madre de Víctor.
Presente.
Aroa recuerda ese momento a la perfección. Y piensa...¿Qué hubiera pasado si su
madre no les hubiera interrumpido? ¿Se hubiera dejado besar? ¿O se habría apartado?
Y pensar que, después de ese momento, no volvieron a hablar del tema y nunca
volvió a intentarla besar. Además, recuerda que algunas semanas más tarde,
Víctor comenzó a salir con otra chica. Y Aroa y él mantuvieron la misma amistad
de siempre. Quizás debería haberse replanteado estar con él.
Entonces, ¿cuáles
eran sus sentimientos? ¿y por qué no se había apartado antes de que todo
hubiera llegado tan lejos? ¿Por qué? Aroa se siente culpable de que todo haya
pasado y ya sea demasiado tarde para replantearse sus sentimientos. Quizá con
él no hubiera sufrido tanto, se recuerda amargamente.
Víctor
la mira con expresión divertida y le dedica una sonrisa tan irresistible como
siempre. Aroa siente un cosquilleo y se desarma. ¿Qué querrá Víctor?
♥♥♥
-Vale,
vale, me has ganado.
Aitor
la dedica una mirada divertida y la sonríe, travieso. Lucía siente una presión
enorme en el pecho y sonríe, satisfecha. Hablando inglés no le gana nadie.
-Ha
sido fácil.-Se encoje de hombros y cierra los ojos.
-Vale,
ahora tu recompensa, ¿qué quieres, señorita?
Lucía
piensa. Y sonríe. Es un chico especial. La cuida y se divierte con ella y,
además, se lo está pasando genial a su lado y no quiere que la tarde se
termine.
-La
verdad es que tengo algo de hambre.
-Muy
bien, pues comeremos algo.-Aitor le dedica una preciosa sonrisa y le ofrece su
mano. Lucía la coge sin pensarlo y se van de allí tranquilamente, como una
pareja normal que disfrutan de estar
juntos.
El
resto del tiempo se pasa rápido, entre tortitas con nata, miradas y cómplices
sonrisas. Aitor y ella no paran de hablar. Se sienten cómodos el uno con el
otro y se nota. Se divierten conociéndose y la atracción que sienten se hace
cada vez más grande.
-Ya
es tarde. Será mejor que te lleve a casa.-Aitor mira su reloj de muñeca y toma
la mano de Lucía.
El
viaje de vuelta se ha hecho cortísimo. Ya están en casa de Lucía.
-Bueno,
aquí estamos.-Lucía le mira con cierta tristeza. ¿No quiere marcharse? No, no
quiere dejarle ir.
Aitor
le dedica una mirada ardiente y esboza una débil sonrisa. De pronto, la agarra
y la atrae hacia sí, colocando las manos en su cintura. Aitor se acerca a su
oreja. Su labio roza con su lóbulo y Lucía siente un cosquilleo por todo el
cuerpo.
-¿Sabe
usted que me descontrola?-Aitor susurra con dulzura extrema y hace que Lucía se
derrita. La mano de Víctor recorre con suavidad su espalda y llega hasta su
mandíbula. La roza y la agarra con dulzura, hasta levantarle la cabeza. Sus
miradas se encuentran. Sus corazones laten frenéticos, enloquecidos. Y, cuando
ella menos se lo espera, sus labios se rozan y el deseo se aviva. Y se besan.
Con dulzura. Apasionados desconocidos. Víctor se mueve sobre su boca y Lucía se
queda atónita. Puede sentir su sonrisa en sus labios e impide que se aleje de
ella. Lo atrae y le vuelve a besar. Sus besos la desatan, la encienden y actúan
como una droga. Unos segundos después, sus cabezas se separan. Ella suelta un suspiro de satisfacción
y él sonríe con timidez.
-Gracias
por esta noche tan perfecta, Lucía.
Y
diciendo eso, se aleja, con una sonrisa en los labios.Lucía flota y siente que
puede acariciar las nubes con la punta de los dedos. ¿Ha sido todo real?
-Espera,
Lucía.-De nuevo su voz. Ella se gira y una sonrisa se expande por su cara al volverle a
ver.-¿Me das tu número? No puedo dejar que intentes escaparte otra vez.
Lucía
sonríe ampliamente. Suelta una carcajada y le mira. Ignora las ganas de besarle
y trata de concentrarse. Y esa misma noche, ya tiene un mensaje suyo.
Buenas
noches, Lucía. ¿Sabes qué? Eres preciosa. Descansa y sueña conmigo ;)
Sí,
todo ha sido real.
♥♥♥
-¿No
crees que deberías tener más cuidado? Eres torpe, ¿eh?-El chico de ojos oscuros
mira a Vero divertido. Ella está atónita, ¿de qué va diciéndola eso?
-Creo
que el torpe eres tú. Te has colocado en mi camino.-Vero contesta orgullosa,
con las mejillas ardiendo. Le tiemblan piernas y no se siente nada bien.
El
chico se encoje de hombros y le dedica una débil sonrisa.
-Como
quieras.-Contesta rápido y audaz.-Me llamo Marcos, ¿y tú?.-El chico le tiende
la mano y Vero le mira, con orgullo.
-¿Y
a ti qué más te da?-Vero le suelta alzando la voz. Le sienta mal que la den la
razón como a los tontos y que piensen que es idiota.
-Qué
lástima, Verónica. Me hubiera encantado conocerte.-Marcos paladea su nombre
completo y le mira con expresión pícara.
Vero
no da más de sí. Le mira boquiabierta. Le gustaría pegarle una bofetada, pero
se encuentra realmente mal. Unas ganas de vomitar comienzan a asentarse en su
estómago y el dolor de cabeza le martillea las sienes. Además, la intensa y
oscura mirada de Marcos la absorbe por completo y se siente débil y diminuta
frente a él. Su corazón late locamente y sus mejillas arden con rabia.
-¿Cómo...cómo
sabes mi...nombre?.-Cuando consigue recuperar las capacidades cognitivas, articula
unas palabras con torpeza.
Marcos
la mira con expresión divertido. Sí,
parece que le divierte verla así. Débil, incapaz de defenderse. Y eso a
Vero le saca más de sus casillas.
-Lo
vi en tu abono. Siento si te ha molestado.
-No...pasa...nada...-Las
piernas de Vero fallan y siente desplomarse por completo. Todo a su alrededor
es negro. ¿Qué no pasa nada? ¿Cómo que no? Sí pasa. Pasa que odio que mi estado
de ánimo dependa de un chico desconocido que rompe todos mis esquemas.
Y tras este
pensamiento, más oscuridad.
wau,me encanta sigue escribiendo por favor,me tienes super enganchada a la novela!!! FELICIDADES!! un besazo♥♥
ResponderEliminarMuchas gracias, seguiré escribiendo. Me alegro de que te guste. Un beso infinito <3
ResponderEliminarotro beso infinito para ti guapísima♥♥
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