Por fin estoy en el andén. Saco mi móvil del bolsillo y me coloco los auriculares. Me apoyo en la pared con cuidado de no manchar el traje y me distraigo mirando al andén que queda frente a mí. Y la veo. Baja apresurada las escaleras y se sienta con extremo cuidado en uno de los bancos de piedra. Y su mirada vuela. Y aterriza en la mía, que no puede dejar de observarla embelesada. Y casi no me lo creo cuando me sonríe. O me parece ver un atisbo de sonrisa en sus labios. Casi sin quererlo, le devuelvo el gesto, pero, rápido, llega el metro y me arranca de mi imaginación. Me quita mi paisaje particular. Ella entra en el vehículo y se sienta. No vuelve a mirar más.Y me devuelve a la realidad.
Es hora de ser sinceros. No la volveré a ver.
¡Hola! :)
ResponderEliminarHacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí, a partir de ahora intentaré hacerlo más a menudo. Un relato muy bonito. Me recuerda a la canción Jueves de LODVG. Me gusta mucho como te expresas, ¡sigue así! Lástima que este texto no tenga un "final feliz".
Besos,
Pensamientos De Adolescencia
Muchísimas gracias por tu visita y comentario, me hace muy feliz. Es cierto que se parece a esa canción, pero en realidad saqué la inspiración de You're beautiful de James Blunt. Te visitaré a menudo, cielo. Muchas gracias y un besazo infinito :)
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